Hay palabras y construcciones que no son incorrectas pero no acaban de sonar bien. El hablante sabe más de lengua de lo que cree y al oírlas o leerlas se queda pensando y tuerce la cabeza, como si fuera un radar intentando detectar qué es lo que chirría.
Cuando alguna de esas formas chirriantes se repite mucho, acaba por hacerse familiar, los hablantes la incorporan a sus usos y es posible, incluso probable, que acabe considerándose correcta. Con algo más de tiempo puede llegar a ser genuina, porque solo las lenguas muertas no cambian; hay muchos rasgos lingüísticos que eran monumentales barbarismos hace tres o cuatro siglos.
Ahora bien, la evolución nunca es instantánea (ni definitiva). Eso se traduce en que hay rasgos que ya se usan mucho pero todavía no son genuinos; algunos siguen siendo incorrectos y otros, que acaban de pasar de proscritos a legítimos, todavía chirrían.
Hace unos años, esto habría puesto los pelos de punta de más de un hablante:
Es por eso que se reivindica para ostentar el cargo de presidente, que a día de hoy detenta su compañero de partido.
En esa oración hay, al menos, cinco razones para ponerse nervioso:
- Es por eso que no es una construcción sintáctica genuina en español; además es incorrecta (por ahora). La alternativa es un simple por eso o esa es la razón de que o por todo ello. A menudo la expresión es superflua y se puede eliminar toda la secuencia es por eso que sin que se resiente la expresividad de la frase.
- A día de hoy es un galicismo (calco de aujourd’hui) y no marca el tiempo mejor que por el momento,hoy por hoy o hasta ahora. De momento (que también sirve), no se considera correcta, pero quizá pronto tenga que borrar eso que acabo de escribir.
- Reivindicar es un verbo transitivo, no reflexivo ni pronominal (todavía).
- Ostentar no es sinónimo de ejercer (todavía ya); pero solo cuando se trata de un honor (no vale decir que Jack puede ostentar el título de mejor descuartizador).
- Detentar no es sinónimo de ejercer ni desempeñar un cargo o un derecho; solo significa que se retiene sin legitimidad.
Por todo ello, se puede reivindicar algo a lo que se tenga derecho o que no goce del prestigio que le corresponda, hoy por hoy, pero no a alguien, por mucho que ejerza un cargo y lo desempeñe sin hacer ostentación de sus méritos ni de los privilegios de los que goce. En ningún caso reivindicaremos las acciones de quien detente el poder por la fuerza, una desgracia que, por ahora, es muy frecuente en el mundo.
Pingback: Ver, oír y no creérselo | Atutía para textos