El verano es propicio a la galbana, así que para evitar movimientos innecesarios rebuscando en la alacena un bote de atutía que remedie alguna fruslería textual aquí van cuatro preparados exprés de dosis única. La selección responde a un criterio básico: estoy harta de encontrarme esos errores, tanto en textos que corrijo como en libros que leo por puro placer; un placer que, en cuanto encuentro uno de esos errores, se me corta cual mayonesa preparada con huevo recién sacado de la nevera.
Una tilde que no va
A veces como es una conjunción, no un adverbio; es decir, no introduce la manera en que ocurre algo, sino que anuncia que acontece algo. Pues bien, en ese caso, no lleva tilde. Está explicado con detalle en otra dosis de atutía y para resolverlo rápido basta con sustituir como por que; si dice lo que tenía que decir, es conjunción.
Pudimos oír cómo como [= que] le gritaba a su hermano. […] Me contaba cómo como [= que] durante mucho tiempo no había hecho otra cosa sino leer. […] Me pasé todo el día sentado observando cómo como [= que] iba convirtiéndose en otra persona.
Las tres frases anteriores pertenecen a una novela de un premio nobel publicada en España por un gran grupo editorial. Ninguno de los tres como debe llevar tilde (si bien, sin contexto, el tercero admite cierta discusión). ¿Por qué no ha tenido una buena corrección? Porque como ningún lector se quejará, nos timan: extraordinario autor, buenísimo traductor, excelente maquetación, buenísima impresión, notable mercadotecnia y superlativa distribución, pero nula o pésima corrección; y varias correcciones buenas es el mecanismo de control de calidad de un texto, así que sin ellas el producto que se vende está mal acabado y poco cuidado.
El verbo haber es impersonal
Hay más detalles en el apartado «Conjunciones capadas» de la dosis de atutía dedicada a la impersonalidad, pero la prueba del nueve para este verbo impersonal no puede ser más sencilla.
Ya de buena mañana hayan hay muchas medusas en la playa.
¿Que eso no lo dice nadie? Claro, eso no lo dice nadie, pero esto otro…
Ya de buena mañana habían muchas medusas en la playa y por la noche habrán muchas muertas en la arena.
Eso es bastante frecuente y es el mismo horrorismo. Así que lo único que hay que hacer es pensarlo en presente para recordar que, cuando denota existencia, el verbo haber solo se conjuga en tercera persona del singular.
Ya de buena mañana había muchas medusas en la playa y por la noche habrá muchas muertas en la arena.
Y juro que han ha habido un montón de personas a las que les he oído esos habían y habrán, entre ellas gente ilustre e ilustrada.
No va coma antes de la conjunción y, salvo excepciones
Esto no es corto, así que para quien quiera la versión completa hay una dosis de puntuación dedicada a ese agujero negro formado por una conjunción y una coma.
Le ofreció la única butaca de la sala, y ella se sentó como si estuviera cómoda.
Esa frase, modificada, sale de un libro de un autor de prestigio, bien traducido, bien editado… y mal corregido. No hay razón que justifique la coma antes de la conjunción; es más, no hay ninguna excepción a la norma general que permita ponerla.
La misma mujer que se había quedado cerca de él en el exterior del teatro, como absorta en una especie de preocupación cotidiana, ahora se alejaba, y utilizaba, una por una, todas las formas de su seguridad.
Esa frase, modificada, sale de un libro de un autor de prestigio, bien traducido, bien editado… y mal corregido. No hay razón que justifique la coma antes de la conjunción; es más, no hay ninguna excepción a la norma general que permita ponerla. Sí, esta última frase es la misma de dos párrafos antes, pero es que en ese libro el dichoso error de la coma aparece una y otra vez, como si respondiera a la necesidad del traductor (o del editor o del corrector) de respirar, de reflexionar o de hacer una inflexión de la voz al leer en voz alta.
Hay (y había y habrá) quien explica como las comas están para respirar en la lectura. Si así fuera, habría que hacer al menos tres ediciones de cada libro: una normal, otra para practicantes de buceo en apnea (con menos comas que especímenes de foca monje) y otra para asmáticos (con comas a troche y moche). A ver si el criterio para ubicar las comas no es respiratorio ni reflexivo ni ornamental; a ver si va a ser sintáctico y resulta que para puntuar hay que analizar la estructura de la oración.
La plaga de realizar
Y una nimiedad léxica: en nombre de Fernando Lázaro Carreter (cada uno le pone altar al santo que quiere), restringid y limitad el verbo realizar. Es que me he encontrado —en un solo y breve texto— realizar un estofado (cocinar, preparar, estofar, elaborar), realizar la suma (sumar, calcular, operar, solucionar, resolver), realizar mediciones (medir), realizar experiencias (experimentar, poner en práctica el experimento), realizar el seguimiento (seguir, vigilar, observar, monitorizar), realizar actividad física (moverse, hacer deporte), entre otros realizares. ¡Ah!, por cierto, el verbo hacer no da calambre.