Las tildes diacríticas pueden llegar a ser un infierno. Además, la mayoría de ellas son innecesarias. Como no es raro poner de más, veamos tres que se clavan en los ojos cuando andan por ahí. Y ya que estamos, una cuarta que no va y no va.
Aun (también hay un aún, sí)
Cuando aun equivale a incluso, no lleva tilde; cuando equivale a todavía, sí.
Te ha dicho el médico que tienes que cuidarte el colesterol y aún así sigues comprando el danacol de chistorra; y porque aun no los hacen de morcilla que si no…
Te ha dicho el médico que tienes que cuidarte el colesterol y aun así sigues comprando el danacol de chistorra. Y porque aún no los hacen de morcilla que si no…
Si quieres decir aun así (a pesar de), no va tilde. Eso sirve para distinguir estas dos oraciones. (Vale, algunas tildes diacríticas son útiles, pero la puntuación también ayuda).
♦ Mediado el mes de julio y, aun así, sigo sin empezar la operación bikini.
♦ Mediado el mes de julio y aún así: gorda y sin depilar.
Ti nunca lleva tilde (y sus alrededores)
Sí la lleva mí; eso es porque hay un mi posesivo y un mi nota musical; y hay un si nota musical y un sí pronombre personal tónico, además del sí adverbio de afirmación y del si conjunción condicional. Pero solo hay un ti (pronombre personal átono). No es un trabalenguas y hay que aprendérselo; es lo que tienen las tildes diacríticas: que unas van y otras no, y razonarlas… porque es muy útil y práctico que la lleven sí y sí y no la lleven si y si, claro (modo ironía off). Pero a lo que íbamos, ti… nunca.
♦ Sí, guárdate los danacoles de chistorra para ti y deja para mí los de alcachofa. El colesterol se va a desintegrar a sí mismo cuando pruebe esas porquerías.
♦ Si no empiezo la operación bikini, a mi llegada a la playa van a sonar un mi sostenido y un si bemol, pero a ti te da igual.
Como (nada que ver con comer)
Si lo de mi, ti, si es de traca, espera a ver lo del como. Verás: lleva tilde cuando es tónica (suena con acento) y no la lleva cuando es átona (suena sin acento); y que sea una cosa o la otra depende de unos cuantos factores, todos relacionados con asuntos gramaticales nada obvios; todo muy claro y muy sencillo, para que cualquiera pueda acentuar correctamente . Resumiendo, la teoría dice que como lleva tilde cuando es exclamativo o interrogativo (otro día nos metemos en ese berenjenal) y no la lleva cuando es adverbio de modo y cuando es conjunción… incluso si en esas funciones suena tónico.
Vamos con una berenjena pequeña. Cuando el como puede ser sustituido por un que, no lleva tilde (es conjunción). En esos casos no se expresa el modo de hacer algo, solo que ocurrió algo. (Una pista: suele ir tras verbos que expresan percepción: ver, oír, notar, darse cuenta, observar, entre otros). Pero, ¡atención!, si expresa modo, sí lleva tilde (de momento).
♦He visto como no entras en el bañador del año pasado. Sé cómo irá la cosa: en vez de operación bikini, te comprarás un bañador nuevo.
♦Notarás como la chistorra va construyendo moléculas de colesterol y las pega en las paredes de tus arterias; y luego no sabrás cómo desincrustarlas.
♦Date cuenta de como con cada acelga que ingieres las arterias se te van ensanchando.
♦No voy a contar como no se acentúan otros adverbios, pero te cuento cómo acabará esta entrada: con un punto final.
Otro como tónico sin tilde es el de la expresión no hay como… cuando significa ‘no hay nada mejor’.
No hay como pensar en las tildes diacríticas para darse al alcohol. Es que no hay cómo encontrarles la lógica. [ = No hay nada mejor para darse al alcohol que pensar en las tildes diacríticas. Es que no hay manera de encontrarles la lógica].
Solo (Y vuelta la burra al trigo)
Que no, que no; que el adverbio solo no lleva tilde. Es la norma desde el año 2010 y no es optativo; mejor dicho, sí lo es, como también lo es escribir *harvol en vez de árbol; o sea, que escribir solo con tilde es una falta de ortografía.
¿Que la RAE ha dinamitado una norma ancestral y arraigada? Resulta que a ese solo le pusieron tilde en 1844; también le cayó a sábia, séria, pára, éntre, sóbre y luégo, entre otras palabras susceptibles de crear ambigüedad, decían. Muchas de esas tildes se quitaron pocos años después, pero se quedaron la del adverbio solo y la de los demostrativos (además de las muy superfluas de los exclamativos y los interrogativos). De hecho en algunas gramáticas prestigiosas nunca estuvo sólo. Así que no hace falta recurrir a la escala temporal geológica para ver que durante casi toda la vida (del castellano) ni solo ni los demostrativos han llevado tilde, ¡ni falta que les hace!